Soy Diana Luque, la mujer que está detrás de Atávika Joyería

Este proyecto surgió en 2014 de una manera bastante espontánea y orgánica, sin una planificación previa, sin pensarlo demasiado.

Simplemente, necesitaba agrupar mis creaciones bajo un nombre artístico y escogí Atávika por su significado y su fuerza.


Desde sus comienzos, este proyecto ha tenido momentos de expansión y momentos de introversión; épocas de mucho trabajo y épocas donde no era capaz de sostenerse y era necesario crear una crisálida donde refugiarse un tiempo para volver a resurgir con otra estructura y aires renovados.

Ya en la infancia he tenido pasión por la artesanía y manualidades, era algo inexplicable. Con 6 años, la primera vez que fui a un mercado de artesanía, le pregunte muy seria a mi madre qué había que estudiar para trabajar ahí, todavía hoy nos acordamos y emocionamos ambas. A lo largo de la adolescencia fui pasando por diferentes técnicas y materiales, me daba igual madera, arcilla, piedras o tejidos, el caso era crear.

Con 19 años comencé mis estudios de Orfebrería y Platería Artística en la escuela de Artes y Oficios n3 de Madrid, descubrí un mundo nuevo que me fascinó desde el primer momento. El mundo del metal.

El manejo del fuego, las herramientas, la dureza y rigidez de los metales que daban como fruto piezas de arte tan delicadas y preciadas. Me cautivó desde el primer momento y me conectaba con algo muy arcaico. Me interesaba como trabajaban en la antigüedad o en sociedades donde su desarrollo tecnológico es más limitado y aún así consiguen la excelencia técnica.

Mi interés iba en aumento y mis ansias de aprender son imparables asique decidí continuar con mis estudios en el IES Barajas y formarme como técnico en joyería. Fue en ese momento vital donde decidí agrupar toda mi producción de joyas y piezas bajo el nombre artístico de Atávika.

Formé parte de asociaciones y agrupaciones de artesanos, comenzamos a participar y organizar mercados en Madrid y pueblos de alrededor, empecé a interesarme por otros modelos de consumo. En este momento fue cuando conecte realmente con el anhelo y la necesidad de vivir en el campo, lejos del ritmo urbano, respetando los ciclos y amando la naturaleza.

Diana Luque-Joyería-artesanal-atavika-joyas-hechas-a-mano

Fue una época llena de aventuras, inestabilidad, vocación, perseverancia y resiliencia. Decidí complementar la joyería artesanal con otros campos y me formé como técnico en soldadura y aprendí sobre el emprendimiento en el entorno rural. Actualmente vivo en la sierra norte de Madrid donde tengo un maravilloso taller desde el cual desarrollo mi oficio con coherencia y un trato cercano y natural.


Lo mejor de todo es que esta mariposa acaba de alzar el vuelo.

"Cualquier emprendimiento que desarrollara en mi vida estaría vinculado con el cuidado a la tierra y el cuidado a los seres que la habitan".